viernes, 23 de agosto de 2013

ESLOVENIA-TREVISO-VENECIA

Desde la costa eslovena nos dirigimos a la frontera italiana con destino Treviso.


La ciudad de Treviso ha tenido muchos vaivenes históricos hasta que en 1866 pasó a formar parte del Reino de Italia.  En la actualidad la mayoría quizá la conoce más por su aeropuerto cercano a Venecia o por su potente equipo de baloncesto Benetton deTreviso, tristemente desaparecido por los problemas económicos del que fuera 31 años su patrocinador, durante los que cosechó muchos títulos y éxitos  deportivos.


Pero lo cierto es que es una ciudad con mucho encanto, con canales que descubren bonitos rincones, con su casco histórico rodeado de fortificaciones, y con lugares y edificios como la Piazza dei Signore, el Palazzo dei Trecento o el Duomo, que bien valen una visita.



Aquí podéis encontrar detallada información sobre esta ciudad que puede pasar desapercibida porque la fama y la sombra de la cercana Venecia es muy larga, pero que resulta muy atractiva no sólo por su belleza y su patrimonio, sino también por esas zonas verdes que la rodean y que la hacen agradable y tranquila.





De hecho, como nuestro vuelo salía de aquí, decidimos alojarnos en Treviso y aprovechar el último día para visitarla.  Y eso hicimos saboreando su magnífico "anonimato". 

Por cierto...¡con unas buenísimas tapas
nos obsequiaron al pedir la bebida!
Pero llegados a las cinco de la tarde dijimos casi a la vez: -¿Y estando a 30 km. de Venecia no vamos a ir a ver la ciudad más especial del mundo?




Y como cabía suponer, cogimos el coche y nos acercamos a Venecia, a la que para mí es la ciudad más bella del mundo, aquella que cada vez que vas te descubre la belleza de un nuevo rincón, y te confirma la belleza de los lugares sabidos.  Aquel mágico escenario de historias imperecederas, de mágicas leyendas, de películas inolvidables. La hermosa y decadente Venecia, bonita con sol y con lluvia, espectacular de día, misteriosa y solitaria de noche.


He estado tres veces en Venecia. La primera hace mucho tiempo.  Fue un viaje un tanto beatnik durante las Navidades del año de la gran nevada, en el que las imágenes de una Venecia blanca y helada fueron portada en muchas publicaciones. Un Fin de Año un tanto rocambolesco, perdidos en el nocturno laberinto veneciano para ir a dar con uno de los pocos establecimientos con entrada libre abiertos esa fría noche: una taberna dotada de una gramola que no paró de sonar y con un grupo de parroquianos a cual más singular, entre los que recuerdo unos cuantos marines muy lejos de su Ohio natal.





La segunda vez, hace 10 años, fuimos con Xavi. Fue un viaje familiar, seguros de que a un niño de 10 años subyugado por todo lo que fuera acuático, Venecia le parecería algo así como la ciudad de las maravillas.   No nos equivocamos: se lo pasó pipa navegando incluso notando las diferencias entre nuestra "impresionante-góndola-oferta" llevada curiosamente por un asturiano, que ni tenía sirenas doradas a babor y estribor como las otras, ni asientos aterciopelados sino unos "lujosos taburetes".  Disfrutó en el vaporetto hacia Murano y Burano, disfrutó asustando a las palomas de San Marcos, se ensordeció en el Campanile, se desternilló cuando un aguacero inundó él toldo de nuestra idílica pizzería al lado del Gran Canal... Todo esto con el gorro de juglar puesto que se compró el primer día y que aún conserva.
Y la maravillosa Venecia también lo encantó con su magia. Tanto fue así que ha estado 2 veces más por su cuenta.


Mi última visita ha sido fugaz pero intensa.   Ha sido como un beso rápido pero sentido y esperado. Iba a ser un paseíto de un par de horas, pero a las 12 y pico de la noche todavía recorríamos, ya solos, los laberintos y los canales venecianos.


La caminamos con lluvia, con sol y con aguacero. La buscamos, la reconocimos y la saboreamos en los lugares recordados y nos sorprendimos con los muchos lugares nuevos que se presentaron por primera vez ante nosotros.



Siempre me he preguntado cómo debía ser la vida de los venecianos en esta ciudad tan especial, tan visitada, tan fuera de lo común. En las maravillas de habitarla pero también en sus servidumbres.  
He encontrado este interesante artículo al respecto.  Clicad aquí




He tenido la suerte de visitar Venecia en invierno, primavera y verano.  No la conozco con "acqua alta", cosa de la que puedo prescindir, aunque seguro que es inundadamente impresionante también.

Me falta conocerla en otoño.   Así, que...- Venecia, patrimonio de la Humanidad, del arte, de la belleza y de la memoria, no descarto un próximo viaje para volverte a ver!




Y hasta aquí un resumen del viaje a Eslovenia que acabó en Venecia!!! Ciao!!

Salud!! ...Y hasta la próxima!!

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