miércoles, 6 de mayo de 2015

BOSTON (y 3): EXCURSIÓN A ROCKPORT




El día amanece lluvioso en Boston.  Aquí parecen no preocuparse demasiado por ello, en la certeza bostoniana de la variabilidad de su clima y de  que "dentro de diez minutos puede cambiar".
Tampoco arredra la lluvia a los intrépidos excursionistas y a las 10 ya disponemos del coche de alquiler que nos llevará por la península de Cape Ann, al noreste de Boston, para recorrer esta zona de la costa del estado de Massachusetts y visitar Gloucester y Rockport, sus dos enclaves principales .



La costa de Nueva Inglaterra parece haberse librado de las tremendas aberraciones de otras costas y, como protegida por el auténtico espíritu marinero y pescador de los primeros colonos, ha salido airosa de una excesiva comercialización.  Sus hermosas casas de madera de colores, los pintorescos puertos, sus faros solitarios y las playas desiertas, se alían con el invierno y la nieve caída hace poco para darle una belleza bucólica y retirada, con una luz casi misteriosa a veces. Como sabedores de esa impresión brumosa e inquietante, sus habitantes se apresuran a decir: ¡Volved en verano, el paisaje está precioso!
Y yo pienso: ahora ya lo está.
Estuarios naturales, playas rocosas y bosques de hoja caduca 
caracterizan este tramo de costa
Nuestra primera parada es Gloucester, población dedicada a la pesca desde siempre, y aunque ahora el turismo deja unos buenos dividendos, la mayoría de las familias tienen su medio de subsistencia en la pesca.

El avistamiento de ballenas se ha convertido en un recurso turístico en Gloucester. 
Entre los meses de mayo y octubre es la mejor época
y diferentes compañías de barcos navegan unas 25 millas océano adentro para verlas.

El encanto de casas, locales y restaurantes es evidente.  

Por cierto, fue en Gloucester donde se rodaron
las escenas del puerto de "La tormenta perfecta".
El bar está lleno de fotografías de Clooney y compañía.
Y el pueblo está lleno de inscripciones con los nombres de los pescadores
que realmente murieron en ese naufragio y en otros muchos, 

hasta superar la cifra de 10.000 marineros. 
Good Harbor Beach en Gloucester
No todo va a ser coche: 
a pesar del frío dimos
un bonito paseo por las playas 
y los parajes de Gloucester.

Las carreteras secundarias nos llevan entre bosques y claros,
entre casitas  de madera y playas de guijarros al lado del océano.

Nuestra siguiente parada será Rockport, un enclave de lo más pintoresco, Para saber más de Rockport, aquí

Rockport está a una hora más o menos de Boston y merece la pena su visita.  
Es un pueblo pintoresco con unos bonitos rincones, 
en el que abundan las tiendecitas y las galerías de arte.
Se notaba que la temporada turística todavía no había comenzado, 
pero ese aire solitario e invernal le daba un encanto especial. 

Efectivamente, es un montaje.  Así salimos los cuatro.

Todavía quedan pescadores de langostas que ofrecen sus capturas a los restaurantes
donde los visitantes pueden degustarlas bien frescas.
Aquí tenéis uno de ellos. No comimos langosta, pero comimos excelentemente,
atendidos por una camarera simpatiquísima y entradita en años
que nos cuidó a las mil maravillas.

También hay pescaderías donde comprarlas, 
decoradas con artes marineras y coloristas.
En verano Rockport tiene mucho ambiente.  
La gente no quiere perderse sus senderos y playas, su oferta gastronómica 
y su enclave bucólico.

Ahora sin embargo paseamos prácticamente solos.  
Todavía hay nieve delante de las casas, pero sus bonitos colores enamoran,
incluso en un día brumoso como el de hoy.
(¡Al menos no llueve!)
Su armonioso puerto con las barcas fondeadas 
ha sido pintado y fotografiado infinidad de veces.
No pudimos apreciar la luz espectacular que hay en la zona los días claros y soleados
que atrae a turistas, pintores y fotógrafos.

De hecho, esta barraca de pescadores se la conoce por el nombre de "Motif nº 1" 
por la de cuadros que ha inspirado desde que a mediados del siglo XIX el pueblo acogiera a una colonia de artistas cuyo motivo preferido para inmortalizar era este.
¡Se dice que es el edificio más pintado de EEUU!





Si en Gloucester se rodó "La tormenta perfecta",
en Rockport se rodó "La proposición" con Sandra Bullock y Ryan Reynolds.
y algunas áreas se recrearon para representar Alaska.

Antes de volver  a Boston, todavía tenemos tiempo de parar en Essex y alucinar con sus tiendas de antigüedades.

La ciudad de Essex es una meca para los coleccionistas de antigüedades.
A lo largo de la ruta 133 hay varias tiendas atesorando mapas, lámparas de araña,
muebles y maravillas de toda índole.





Me ha encantado visitar la península de Cape Ann, aún con bajas temperaturas y sin la azul luminosidad que la caracteriza. He quedado impregnada de salitre, de bruma atlántica, de maravillas de otros tiempos rescatadas para regocijo de compradores y curiosos, de historias épicas de pescadores y ballenas.
Nuestro viaje a EEUU toca a su fin.  Lo hemos pasado estupendamente y me he alegrado de conocer un poco más este enorme país de gran riqueza paisajística, cultural y urbana, que a veces,- comparándolo con nuestra Vieja Europa o con países exóticos a los que había viajado,- denostaba por desconocimiento. 
No sólo reconozco mi error... sino que estoy preparada para un Coast to Coast.  
Pero esta vez con tiempo y con una larga carretera por delante. See you!!!


domingo, 3 de mayo de 2015

Boston (2): CULTURA Y MÁS FOTOS





Las malas lenguas acusan a Boston de ser un poco elitista y pija.  Está claro que en tan poco tiempo de visita no pude hacerme una verdadera idea del espíritu de la ciudad,  pero no sé si esos adjetivos acaban de irle demasiado a una ciudad de raíces irlandesas e italianas, de espíritu revolucionario e independiente, creadora de las primeras instituciones culturales públicas, abolicionista de la esclavitud, erudita y cuna del movimiento de liberación de la mujer.
Lo que puedo asegurar es que a mí me gustó mucho.

Os presento a la Boston Latin School,
la primera Escuela Pública de los Estados Unidos fundada en 1635.
Por sus aulas pasó Benjamín Franklin, ¡casi nada!


Según Mark Twain,  en Nueva York cuando se habla de alguien se pregunta ¿Cuánto dinero tienen?, en Philadelphia se pregunta ¿Quiénes fueron sus padres? 
y en Boston se pregunta ¿Cuánto saben? 
Así que nos vamos a ver una de las mejores Universidades del mundo: Harvard

La Línea Roja del metro
nos acerca en 15 minutos hasta Cambridge, donde está Harvard.

Por cierto, Boston fue la primera ciudad de EEUU donde  hubo metro.



















Bonitos edificios, residencias de estudiantes, parques, un enorme campus...
43.000 euros por un curso con alojamiento incluído.  ¡Una chuchería!
De la famosa y carísima Universidad de Harvard
han salido 6 presidentes de los USA, 44 premios Nobel y un sinfín de personalidades.

Sólo el 6% de las solicitudes son admitidas.
La Universidad de Harvard
és la institución de educación superior más antigua de los Estados Unidos.
Se fundó en 1636, antes de que naciera el cálculo derivado.
Por cierto, os presento a MARK I el primer ordenador electromecánico construído en Harvard,
15,5 m de largo x 2,40 m de alto x 60 cm de ancho...¡otra chuchería!
Aquí con Mr. John Harvard benefactor de la Universidad
a la que donó sus libros y la mitad de su patrimonio.
Por cierto, la estatua no reproduce al señor Harvard, sino a un muchacho que tomaron de modelo, ya que todos sus retratos se perdieron en un incendio.
De la puntera brillante no os fiéis: unos dicen que los estudiantes la tocan antes de los exámenes para tener suerte; otros que se orinan y se ríen de los que la tocan después.
Yo por si acaso no la toqué :-)) 
Ya de vuelta otra vez en Boston paseamos un rato por el parque.
¡Como podéis ver, en una ciudad tan erudita e investigadora como Boston
hasta las numerosas ardillas del Boston Common
hacen alarde de su curiosidad y ganas de exploración!
Aprovechanddo la cercanía vamos a comer a Chinatown.
No es tan grande ni vistoso como el de San Francisco, pero está situado céntricamente
y además comimos un sabu-sabu de rechupete.
En la olla hay dos caldos de mijo, uno especiado y el otro no.
Hay diferentes salsas y se piden verduras y carnes fileteadas muy finas
que se cuecen en el caldo y se mezclan con arroz , salsa y noodles.  ¡Es delicioso!

La comunidad china de Boston es muy numerosa
y Chinatown es un barrio muy densamente poblado.
Hay muchos restaurantes,
muy frecuentados por la comunidad china, por bostonianos y turistas.



Tras el sabroso sabu-sabu estamos en condiciones
de ir a visitar el barrio de Charlestown, al otro lado del río Charles.
Para ello no tomamos este curioso transporte anfibio que se desplaza por tierra y agua, sino un Uber, un taxi-coche personal registrado que sale bien de precio y que abunda en EEUU.


En un momento estuvimos en Charlestown,
ciudad que Boston anexionó como barrio en 1874.


Están en Charlestown... pero no, no son Bonnie and Clyde.
Lo digo porque este precioso barrio de Boston
ha dado más de 300 atracadores de bancos en EEUU.
No todo han sido delincuentes: también aquí vio la luz Samuel Morse,
inventor del telégrafo.

Esta sociedad se encarga de preservar el carácter histórico del barrio,
preservando la arquitectura y los paisajes y orientando sobre el desarrollo responsable.

Al fondo, el monumento Bunker Hill,
a los colonos que dieron la vida en la primera gran batalla por la Independencia.
La Batalla de Bunker Hill la perdieron, pero dieron muestra de gran valentía y coraje
y este obelisco de 221 metros se erigió en su memoria.

Bonitas casas de madera de colores y casas victorianas de ladrillo rojo
hacen de este barrio un lugar muy agradable para pasear.
Aquí también pueden encontrarse todavía calles adoquinadas y farolas de gas.
En la ciudad de Boston el 46% de su superficie es de agua -106,7 Km. cuadrados-.
El río Charles, el río Mystic, el río Neponset, el Puerto de Boston...
Una ciudad acuática que, por cierto, le ganó mucha de su tierra firme al mar
utilizando material de relleno, incluso los escombros que se originaron
tras el devastador incendio que hubo en la ciudad.

Una ciudad acuática que luce con el sol. 


Va atardeciendo y se va haciendo hora de volver al centro de Boston.
Aprovechando la tarjeta de transporte de 24 horas volvemos en ferry mientras atardece.
 Un auténtico lujo ver como se oculta el sol tras el skyline de la ciudad

El viaje nos acerca hasta los muelles de Long Wharf.
No importa el frío cuando las vistas son magníficas.
                                                                                                           foto de Anna Swapp
Un día fantástico, en definitiva, al final del cual sabemos mucho más, amigos bostonianos. 
Así que ahora toca cenar en alguna de las tabernas con actuación incluida.
No estarán mal unos buenísimos calamares con pimientos acompañados de una cerveza.  
Mañana haremos una excursión  por la costa de Massachusetts a la que por supuesto estáis invitados.
BYE, BYE!!