sábado, 26 de abril de 2014

ESCAPADA A ESSAOUIRA

El Atlántico desde Essaouira
Durante nuestra estancia en Marrakech decidimos hacer una excursión a Essaouira. Pensamos que  nos vendrían bien un  poco de viento y la visión del Atlántico, dada la ola de calor que se había instalado en Marrakech y que había disparado el termómetro a 34ºC. Así que nos dirigimos a Essaouira de donde os contaré en esta entrada algunas impresiones. Una ciudad donde todavía no había estado a pesar de mis viajes a Marruecos y que tenía muchas ganas de conocer. (Tampoco habrá recomendaciones en esta entrada.  Aquí  y acá pongo dos enlaces para saber datos de Essaouira)
Así que, sólo curiosidades, amigo :-)


Las cabras que NO sólo tiran al monte

En el camino a Essaouira tuvimos la sorpresa de ver una curiosa estampa. 
Marruecos posee un oro líquido: el aceite de argán, que tiene unas propiedades cosméticas, gastronómicas y medicinales... directamente proporcionales a "la brasa" que te dan para que compres el producto o visites una de sus cooperativas. Este aceite de excelentes cualidades se elabora a partir de los frutos del argan, un árbol que sólo crece en Marruecos y en una zona semidesértica de Argelia.  Estos frutos se dejan secar y se les extrae el hueso que es el que después de molerlo proporciona el preciado aceite.   Pero hay otra manera, bien extraordinaria por cierto.

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Y aquí entran esas cabras que no sólo tiran al monte, sino que se encaraman a los árboles de argan, se comen las hojas y los frutos, y -como buenos rumiantes, después de digerir la pulpa-,  por la noche van escupiendo los huesos, que el pastor recoge meticulosamente.


De camino a Essaouira encontramos unas cuantas, que -sabiamente dispuestas-, ayudaban a arreglar el jornal de sus pastores con  los dirhams de los que se paraban a hacerles fotos.  Nosotros, como no podía ser de otra manera y después de fotografiarse una familia local, ayudamos a la economía del país "soltando la mosca" para fotografiarnos.  
Estaréis conmigo en que la estampa lo merecía. 




Los nombres de Essaouira

Después de dos horas y media de viaje llegamos a la blanca y azul Essaouira, una hermosa localidad con gran cantidad de apelativos. 
"La Perla del Atlántico" se presenta blanca de cal y azul del océano y del añil de sus puertas.  
La antigua Mogador, nos demuestra con sus fortificaciones y sus sólidas murallas la importancia que tuvo antiguamente. 
La "hermosamente trazada", nos muestra con el diseño de calles rectilíneas de Thèodore Cornut su particular y pintoresco ordenamiento.
...Amogdul, Suera, Saouira, "La pequeña fortaleza", "La bella durmiente,"La ciudad del viento y de la luz" ... 
Pero dejémonos de nombres y admirémosla.






Essaouira...de película!!

Además de todos esos nombres, Essaouira tiene otro de ficción que los fans de la serie Juego de Tronos conocen bien:  Astapor, donde la Kalesi se hace con el ejército de los Inmaculados. Es muy fácil reconocer el escenario natural donde fueron grabadas las escenas.









¿Un paseíto por la Medina con la Kalesi?



Pero no sólo de series televisivas vive Essaouira, sino también de producciones cinematográficas, como el Othello de Orson Welles. Véase aquí el gran Welles en la Skala de Essaouira.




Essaouira bohemia y tranquila

La ciudad de tantos nombres me pareció apacible. Curiosamente nadie intentó venderme nada y  me resultó muy relajado pasear por su Medina blanca y azul, de barrios cuadriculados.  Una medina diferente a las del resto del mundo por su diseño rectilíneo.







Por esa Medina han paseado desde hace tiempo pintores y artistas, entre ellos Jimi Hendrix que pasó unos días en el verano de 1969. Su visita ha originado toda una serie de notables leyendas de las que sacar partido, ya que por lo visto estuvo en casa de todo el mundo, comió en todos los restaurantes incluso en los que no existían en 1969, quiso comprar una de las islas, e incluso dicen que montó una comuna con Bob Marley y Cat Stevens. La verdad es que no me importa demasiado que no sean verdad: si Essaouira fue buena para el gran Jimi, seguro que algo tendrá.
La cuestión es que su tradición bohemia ha marcado su carácter y ahora hay muchos pintores instalados aquí además de ser famosa también por el Festival de Música que organiza cada año.
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El Festival de Música se organiza cada mes de junio en esta ciudad.
Clica  el enlace para saber más

Essaouira la oceánica

Aparte de su bohemia, quizá un tanto mitificada, la idiosincrasia de la ciudad también ha estado y está marcada por el Atlántico.


Fue uno de los puertos comerciales más importantes de la antigüedad, desde el que salía púrpura, sal, marfil y -tristemente-, también esclavos subsaharianos hacia otros continentes.
Su flota pesquera es una de las más importantes del sur del país y mantienen el sector como uno de los tres pilares económicos de la ciudad, junto al turismo y la industria maderera. La imagen de todas esas barcas azules "estacionadas" en el puerto es una señal de identidad de la ciudad.


El Atlántico por otra parte le proporciona a la ciudad una larga playa con las Islas Púrpura delante. Una playa en la que sopla el Chergui o Sharqi, un viento fuerte procedente del desierto que hace las delícias de los que practican el kit-surf. Cuando estuve, había cantidad de niños jugando y familias pasando el rato.





Los establecimientos de alquiler y las escuelas de Kit-surf
se suceden a lo largo de la playa
Llegamos tarde para ver cómo los pescadores llegan con su pescado a la lonja, pero pudimos observar la variedad de sus capturas en los puestos donde asan lo que elijas, previamente acordando el precio para evitar sorpresas.





He estado poco tiempo en Essaouira, me hubiera quedado algún día más, la verdad. Es una ciudad tranquila que no ofrece grandes visitas, pero donde se puede disfrutar sin agobios de la vida cotidiana de la localidad.


Dejamos la ciudad blanca y azul. 
La ciudad ocre nos espera.  Marrakech nos espera.

Adiós bella Essaouira, 
encantada de conocerte.

jueves, 24 de abril de 2014

APUNTES DE MARRAKECH (1)



Tenía muchas ganas de volver a Marrakech. Había estado 15 años atrás y me hacía mucha ilusión, pero tenía inquietud por ver si la ciudad había sufrido esas transformaciones que dan alas a una nostalgia triste cuando vuelves a  un lugar ya visitado.  Era el precio a pagar por volver a ese lugar amado que me fascinó por su singularidad, su luz y sus estímulos.



Pero Marrakech no me ha decepcionado en absoluto.  Puede que ahora los puestos de comida de la Plaza Jemaa-el- Fna tengan toldo; puede que los Riads se hayan prodigado,  que ahora puedas tomarte un cocktail chill-out dentro de la Medina, o que algunas tiendas de los zocos hayan adocenado su mercancía...Pero en lo fundamental, Marrakech sigue siendo  la ciudad que conocí.  Sigue guardando su esencia en las puestas de sol desde una terraza de la Plaza, en la pesca de la coca-cola a la luz del lumogas, en sus minúsculos despachos de pan, en su tráfico caótico, en sus talleres de motos, en su inevitable ritual de regateo, en su estimulante olor a comino, a almizcle y a harira.


He tenido el placer de volver a Marrakech con amigos queridos con los que me ha encantado compartir momentos y sensaciones.  ¡¡Muchas gracias colegas por todos esos buenos ratos!!
Como de costumbre, no veréis por este humilde blog sesudos consejos ni indicaciones de visitas. Hay hermosas guías y blocs increíbles para documentarse.
Me dedicaré como siempre a hacer esos pequeños apuntes, intrascendentes o sentidos, frívolos o curiosos de las pequeñas cosas que he aprendido.



Ras el Hanout... o la famosa mezcla de 35 especias que todos compramos en Marrakech.

La famosa mezcla de 35 especias "Ras el Hanout" que se utiliza en la cocina marroquí y que allí te traducen como "cabeza de la tienda", tiene la siguiente leyenda como origen: Abdalà, un famoso comerciante de especias dispuso ordenadamente en el el zoco los sacos de su mercancía.  Pero sus dromedarios se pelearon  y rompieron los sacos mezclándolas todas.  Ante el desastre, optó por vender la mezcla como una exquisita elaboración. Estaba próxima la fiesta del cordero y la gente la probó. Dicen que el éxito fue mayúsculo... Y hasta la fecha.




Las cobras de la Plaza Jmaá-el Fna no están tan encantadas!

Los panderos bendir y las flautas pungi de los encantadores de serpientes suenan en las mañanas de la Plaza Jemaa.  Bajo las sombrillas, los encantadores exhiben sus cobras y víboras, que alternan sus movimientos sinuosos con rápidos conatos de ferocidad. Alguno de sus ayudantes corre hacia ti para ponerte al cuello uno de sus ofidios y que te hagas la inevitable foto con el consiguiente desembolso.

Hasta ahora, yo pensaba que el embrujo era inofensivo, que los domadores retiraban sistemáticamente el veneno de sus serpientes. Es probable que lo hagan, pero hace tan sólo dos meses, uno de los encantadores de la Plaza llamado Abdelati fue mordido por su cobra y el hombre, de 60 años, murió en el hospital de Marrakech.
Así que atención.  Las serpientes, lejos, y para collares los del zoco que los hay realmente preciosos.


Lejitos...Por si acaso

Gatos, gallinas, dromedarios, serpientes... ¿Y perros?

Siempre me había preguntado por la ausencia de perros en las ciudades marroquíes, donde por otra parte es fácil ver cantidad de ejemplares de otras especies como gatos, burros, caballos y dromedarios. Y en Marrakech hasta serpientes y lagartos.
La respuesta es muy sencilla: el perro está considerado como un animal impuro por el Islam, especialmente su saliva. Y si son negros, provocan pavor.  En el campo o con el ganado sí hay perros, pero no en las ciudades ni en las casas.  La presencia de perros no es tomada en broma. No se salvan ni los perros-guía ni los perros policía. Así como los gatos, los corderos, los camellos, las cigüeñas, las golondrinas y las abejas tienen "baraka",  magia benéfica, suerte, bendición, los pobres perros son la antítesis.
Clicad aquí para saber más sobre el tema.

Los gatos tienen "baraka".  Debe de ser por eso que están por todas partes.

Fútbol y más fútbol

He podido constatar en este viaje que los aficionados culés en Marruecos han aumentado de forma muy considerable. Hace 15 años, la pasión futbolera se decantaba hacia el Real Madrid por goleada, -nunca tan bien dicho-, y los culés por allí éramos una rara avis.  Pero actualmente se han invertido los papeles y especialmente los más jóvenes son hinchas del Barça.  Se tatúan la palabra, se compran las camisetas, e incluso escriben en la pizarra del instituto "Dios, Patria, Barça" en lugar de la divisa de Marruecos "Dios, Patria, Rey".  Le costó al adolescente que lo hizo un juicio sumarísimo y una condena.  Creo que con la presión popular finalmente fue indultado. Poca broma!
La Final de Copa fue todo un acontecimiento: salas de cine, locales, bares y discotecas emitieron el partido... con gran desconsuelo al final para bastantes, todo sea dicho, entre los que me cuento. (Como esto no se arregle, volverán a hacerse del Madrid)





Los minaretes

Si nos fijamos atentamente en los minaretes de las mezquitas, veremos dos elementos muy característicos: las esferas y una especie de mástil de madera.
El yamur son las esferas decrecientes apuntando hacia el cielo que simbolizan los mundos en que Alá se da a conocer : dunia, el mundo de la temporalidad, de los bajos instintos; mulk, el mundo de los humanos y su entorno, y yabarut, el universo de Dios.  El volumen decreciente simboliza el progresivo desprendimiento de lo terrenal para alcanzar la espiritualidad.
¿Qué? ¿Os pensabais que sólo era un adorno? Pues no.
Pasamos al mástil.  Es ya sabido que el  muecín hace sonar su canto cinco veces al día llamando a la oración a los fieles. El sonido se propaga por todas partes así como el silencio que origina el detener la actividad. Es algo mágico, inquietante.  Pero, un momento... ¿y los sordos? ¿cómo cumplirán con su precepto los sordos? Pues bien, ahí entra el mástil y la bandera que se iza en él con el canto del muecín.  Mástil que por la noche está iluminado. No hay excusas, ya veis.



He empezado el post diciendo que Marrakech no había cambiado en lo esencial. Os dejo un divertimento: a ver si sabéis qué foto es de ahora y cuál es la de hace 15 años.
Fijaos que la "pelu" sigue ahí.
Lo que os digo: aún se puede ir a Marrakech.





CONTINUARÁ!