Es domingo en Buenos Aires, y la lluvia se ha tomado un descanso.
Y si es domingo en la ciudad porteña, la cita obligada es el Mercado de Artesanía al aire libre de San Telmo. Al principio está un poco deslucido por los plásticos que protegen los puestos de artesanía, pero a medida que el sol va haciendo guiños se van deshaciendo de esa crisálida para enseñar sus tesoros: objetos antiguos, sifones, recipientes de cristal, relojes, camafeos, recipientes de mate, curiosidades, placas con variados letreros, filigranas de madera... y personajes. Titiriteros, tanguistas, mimos, espectáculos callejeros, músicos.
Un hombre atildado, tocado con el típico sombrero porteño asegura que Gardel vive, y posa como una estatua rodeado de fotos y recuerdos, para cobrar vida de repente cantando un tango. Charlot, hace burla de los que pasan, y unas marionetas bailan tango en un Caminito de papel maché.
Aquí en el Barrio de San Telmo, uno de los más antiguos de la ciudad, es donde más se desarrolló el lunfardo, o lunfa, ese argot de bajo origen que poco a poco impregnó el lenguaje de todos los estamentos sociales de Buenos Aires y llenó de tinglados, boludos, minas, quilombos y pibes la lengua argentina.
Realmente es interesante y divertido callejear sin prisa por este gran mercado que se extiende por San Telmo y la calle Defensa. Miles de estímulos visuales y sonoros se abren paso en esta mañana de domingo. Y también gastronómicos si lo deseas, con unos zumitos frescos, unas garrapiñaditas calentitas en los puestos callejeros, o unos cafecitos en alguno de los bonitos bares de la zona, como el Bar de la Plaza Dorrego, centro neurálgico del mercado, o el Nápoles Bar, el Bar Sur o el Café La Poesía,llenos de ambiente y de historia.
Los "cachivaches", bonita palabra porteña, se amontonan en este paraíso retro: carteles, juguetes, letreros, revistas... sacando a la luz el alma y los secretos de historias antiguas, de recuerdos de alguien, de regalos pasados.
¡Cuántas historias escondidas entre estos puestos!
Aquí en Buenos Aires he aprendido que hay que mirar a fondo, y escudriñar todos los rincones y pasajes a ambos lados de las calles, porque donde menos te lo esperas se esconde una maravilla, un retazo de historia, un "conventillo" de dos plantas con patio, que son un delicia.
Como el Pasaje de la Defensa , antigua casa de los Ezeiza, una de las familias más adineradas de la ciudad en el XIX, con sus tres patios y su terraza en el piso superior, casa ocupada ahora por galerías de arte, tiendecitas y cafés, y oasis en el barullo del mercado de artesanía.
O fijarse en las pulperías, antiguos almacenes o postas de diligencias, bares y boliches antaño regentados en su mayoría por gallegos, convertidos ahora en históricos restaurantes, donde no, no te dan pulpo como parecería por su nombre, sino los típicos manjares argentinos.Aquí hay que entretenerse, dejar pasar el tiempo entre millones de cosas...
"Si andá con apuro, olvídese. Mejor rumbee para otro lado"
Y no es por apuro que rumbeamos hacia otro lado, porque a San Telmo volveremos dentro de un rato. Tenemos intención de ver el partido Boca-River en uno de sus bares.
Pero ahora tenemos en mente otra visita.
Según un estudio del World Cities Culture Forum 2014, Buenos Aires es la ciudad del mundo con más librerías por habitante. Parece ser que la ciudad cuenta con 467.Y de entre todas ellas, hay una espléndida, majestuosa, impresionante: El Ateneo Grand Splendid. Única en el mundo y por quien abandonamos temporalmente el Barrio de San Telmo.
El Teatro Norte, más tarde Teatro Grand Splendid fue un emblema de la época por su arquitectura y sus espectáculos, en los que también se incluyó el cine. El famoso cine-teatro se reformó y abrió el año 2000 como librería, y pasó a ser considerada como una de las más bellas del mundo.
Una vez acabado el partido todavía queda tiempo hasta la noche para pasear sobre las calles adoquinadas de San Telmo.
Y cuando llegamos al hotel y ante el caluroso recibimiento y las muestras de efusividad, no tenemos miedo de contagiarnos de su exageración, y por supuesto vimos el mejor partido del mundo, estuvimos en el mercado más relindo hasta la fecha y comimos el asado más magistral de nuestra vida
Quizá no fue todo tanto, tanto... pero un día fantástico sí que lo fue.
Mañana, más!!
Quizá no fue todo tanto, tanto... pero un día fantástico sí que lo fue.
Mañana, más!!
2 comentarios:
Qué precioso escribes. Cuando te leo tengo la sensación de estar paseando por Buenos Aires. Felicidades.
Me alegra mucho que te guste!! Muchísimas gracias por leer mis entradas y por tus comentarios!! 😊🙏🏻
Publicar un comentario