viernes, 7 de abril de 2017

VIETNAM (6): SAIGÓN (segunda parte)

HAY MÁS DISTRITOS EN SAIGÓN
No sólo existe el Distrito 1 en Saigón.  De hecho,con sus12 Distritos numerados y 7 con nombre, es la ciudad más grande de Vietnam.   Eso, sin contar los distritos suburbanos, que elevan su población a 14 millones de habitantes..  Cierto que el Distrito 1 representa el centro de Saigón, el epicentro histórico, financiero y monumental, pero sólo con esa muestra no te haces una idea de lo que es Ciudad de Ho Chi Minh. Así que decidimos acercarnos al distrito 5 y  adentrarnos en Cholon, el barrio chino de Saigón.  En el pasado,  fue una ciudad independiente situada a 11 km. de Saigón, pero la expansión de ambas acabó por unificarlas. Durante la Guerra de Vietnam, los soldados y desertores norteamericanos montaron allí un lucrativo mercado negro y proliferaban los fumaderos de opio y bares nocturnos que le dieron al barrio una fama mitificada por los escritores.  Hoy en día es un barrio comercial, bullicioso y muy activo, habitado por más de medio millón de habitantes, de ascendencia china la mayoría. Es una de las muchas caras de Saigón, una visita obligada, un viaje en sí mismo.
Las calles amplias tienen un tráfico muy denso y caótico.  Aquí se ha perdido el cierto orden del distrito 1 y vuelves a sentir en su grado máximo el vértigo de atravesar las calles entre miles de motos, coches, camiones y ciclos que no respetan ninguna de las normas de circulación que conoces..




Caminar por las calles pequeñas tampoco resulta más tranquilo, porque están llenas de gente, mercancías y saigoneses que compran en moto.




Todo el barrio es un gran mercado y generalmente las calles se dedican a una determinada mercancía: las que se llenan de color con sus telas abigarradas,  las dedicadas a farolillos, dragones y toda suerte de ornamentación festiva, las que se dedican a las herramientas más variadas y peregrinas...  Y todas están llenas de gente.




Caminando -"o lo que sea eso que hacemos mezcla de saltos, amagos y fintas"- por el barrio de Cholon se llega al Mercado de Binh Tay.  
Ya habíamos estado en el mercado Ben Thanh (no confundir los nombres), del distrito 1, surtidísimo, lleno de color,  e ideal si por un día quieres prescindir de regatear, ya que en las primeras calles, hay una serie de tiendas del estado en las que unas dependientas con camisa azul te indican los precios fijos de los productos.
Pero el Mercado de Cholon es todavía más animado y auténtico. Las diferentes zonas agrupan los puestos según los productos y se camina entre un mar ahora de fideos, ahora de setas, luego de especias y hierbas, muchas de ellas jamás vistas.


  


Hay un momento en el que tu nivel de estimulación está absolutamente saturado.  Has visto, olido y tocado todo lo imaginable;  has esquivado vehículos, has conseguido no desaparecer bajo voluminosas mercancías ; has soportado estoicamente los 35 grados de temperatura y te has salvado de un atropello seguro en diversas ocasiones.


Es el momento de visitar - y refugiarte, de paso-, en una de las hermosas pagodas de Cholon. Dentro de los templos,-y aparte del incienso que quema en ellos continuamente-, se respira una benéfica tranquilidad que supone un merecido premio por haber superado la prueba del delirio exterior.










La religión practicada en Vietnam es una mezcla de la religión popular vietnamita (un conjunto de tradiciones locales) y la combinación de budismo, confucionismo y taoísmo. 
No todo el mundo se define con una afiliación religiosa, pero sí que prácticamente todos profesan una auténtica y devota veneración por sus antepasados. 
Si queréis saber más sobre la religión en Vietnam, este enlace aporta información interesante


Tras la beneficiosa visita de varios de los templos del barrio, dejamos el ritmo frenético de Cholon. Hay que aprovechar el tiempo. Todavía nos quedan experiencias y contrastes en Ho Chi Minh City.


SAIGÓN DE NOCHE


Saigón se llena de luces de neón cuando cae la noche y una de las posibilidades más apetecibles es la de acudir a tomar una cerveza en uno de los miradores-terraza de la ciudad para disfrutar de las vistas.  
Nos decidimos por ver Saigón desde el cielo,  desde dos atalayas incomparables:
Una, el Chill Sky Bar, un lugar frecuentado por "gente guapa" de Saigón y turistas, en cuyo restaurante teníamos pagada una riquísima cena, regalo de aniversario (Gracias Mati y Josep, un regalo increíble) con acceso posterior a su animadísima discoteca al aire libre en el piso 25 de la  AB Tower. El personal, muy amable, la comida exquisita,y las vistas...sin palabras.



Una experiencia inovidable, con exaltación de fervor culer incluída cuando ya en el bar al aire libre y al decir que éramos de Barcelona, todo un grupo de vietnamitas se puso a gritar 6-1, 6-1!!!!, el resultado de la remontada del Barça frente al PSG  del día anterior.



Por cierto, y como es de suponer, hay que dejarse las chanclas en casa.


Otro de los miradores de Saigón es el Bar de la Torre Bitexco situado en la planta 59, donde también puedes disfrutar de actuaciones en directo.  Por ocho euros dos cervezas con tapita de cacahuetes, merece la pena la verdad.


Todavía tendremos tiempo para dar un último paseo por el centro de Saigón antes de despedirnos de Vietnam. Es domingo y la Catedral está llena de fieles y  la Oficina de Correos es un hervidero de gente que compra recuerdos y fotografía a Tio Ho.  Afuera, parejas de novios se hacen sus reportajes con las novias protegidas por parasoles del sol de justicia de Saigón. 




El templo indio nos abre sus puertas con sus esculturas y altares kitch y antes de partir hacia el aeropuerto nos damos un festín occidental comprando baguetes, paté, jamón y fuets regado todo con unas cervezas IPA. 
Vietnam, país de gente amable, valiente y orgullosa, el único país del mundo que ha ganado tres guerras a 3 poderosos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Francia, EEUU y China. ¡Ahí es nada! 
Un país de contrastes, enérgico, que ha sufrido invasiones y colonialismos y que después del sufrimiento ha sabido quedarse con lo bueno sin perder su identidad.  Me quito el sombrero.
Me ha encantado Vietnam. 

Tam biêt Viêt Nam!! Adiós!! Hasta siempre!

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