Marta leyó tres veces el mensaje del móvil. Luego cerró los ojos y susurró: Ernesto. Lo conoció en la cena que organizaba anualmente la empresa donde trabajaba su marido. Aquella vez esa horrorosa cena de hermandad fue mucho más llevadera gracias a Ernesto. Daniel ya le había hablado de él en varias ocasiones poniéndolo por las nubes. Estuvieron conversando toda la noche. Comentaron el panorama político, hablaron de cine y de libros, y Marta quedó gratamente impresionada cuando él le adivinó con admirable tino sus gustos musicales y culinarios. Desde aquel día nada fue igual. Se vieron muchas más veces y a Marta se la llevó la pasión, la espera, el placer. No dijo nada a su marido, pero estaba convencida de que él lo notaba. Le sentía distante, evasivo, preocupado. Daniel pasaba ahora mucho tiempo en el trabajo. Además últimamente se veía obligado a hacer muchos viajes con Ernesto, y Marta temblaba pensando que en uno de aquellos viajes de empresa acabaría descubriéndolo todo. No puedo estar sin ti, amor, leyó otra vez en el móvil. Ahora hacía dos semanas que lo habían dejado y Marta estaba destrozada, no sabía qué hacer con ese guiñapo de corazón que le había quedado. Volvió a leer el mensaje y decidió ir a la cita. El Truman. Nunca habían ido al Truman. Se informó de la dirección exacta y se dirigió hacia allí. El Truman no era lo que esperaba, la verdad, cuando entró le pareció tremendamente oscuro. Pero la barra estaba bien iluminada, así que se acercó y pidió un JB con hielo. El camarero, un chico alto y bronceado le sirvió atentamente y Marta fue acostumbrándose poco a poco a la luz del local. Vio en la oscuridad una pareja besándose. Dos chicos jóvenes y atléticos estaban de pie en la barra y charlaban cariñosamente. Un bar de ambiente, pensó: -Ernesto extrema las precauciones. Mientras esperaba decidió poner en orden su bolso. Sacó la bolsita de los cosméticos, la agenda y el paquete de kleenex. Y al sacar el móvil, Marta se estremeció. Porque sólo entonces se dio cuenta de que el móvil que llevaba,exactamente igual que el suyo, era el de su marido.
jueves, 29 de mayo de 2008
TELÉFONOS
Marta leyó tres veces el mensaje del móvil. Luego cerró los ojos y susurró: Ernesto. Lo conoció en la cena que organizaba anualmente la empresa donde trabajaba su marido. Aquella vez esa horrorosa cena de hermandad fue mucho más llevadera gracias a Ernesto. Daniel ya le había hablado de él en varias ocasiones poniéndolo por las nubes. Estuvieron conversando toda la noche. Comentaron el panorama político, hablaron de cine y de libros, y Marta quedó gratamente impresionada cuando él le adivinó con admirable tino sus gustos musicales y culinarios. Desde aquel día nada fue igual. Se vieron muchas más veces y a Marta se la llevó la pasión, la espera, el placer. No dijo nada a su marido, pero estaba convencida de que él lo notaba. Le sentía distante, evasivo, preocupado. Daniel pasaba ahora mucho tiempo en el trabajo. Además últimamente se veía obligado a hacer muchos viajes con Ernesto, y Marta temblaba pensando que en uno de aquellos viajes de empresa acabaría descubriéndolo todo. No puedo estar sin ti, amor, leyó otra vez en el móvil. Ahora hacía dos semanas que lo habían dejado y Marta estaba destrozada, no sabía qué hacer con ese guiñapo de corazón que le había quedado. Volvió a leer el mensaje y decidió ir a la cita. El Truman. Nunca habían ido al Truman. Se informó de la dirección exacta y se dirigió hacia allí. El Truman no era lo que esperaba, la verdad, cuando entró le pareció tremendamente oscuro. Pero la barra estaba bien iluminada, así que se acercó y pidió un JB con hielo. El camarero, un chico alto y bronceado le sirvió atentamente y Marta fue acostumbrándose poco a poco a la luz del local. Vio en la oscuridad una pareja besándose. Dos chicos jóvenes y atléticos estaban de pie en la barra y charlaban cariñosamente. Un bar de ambiente, pensó: -Ernesto extrema las precauciones. Mientras esperaba decidió poner en orden su bolso. Sacó la bolsita de los cosméticos, la agenda y el paquete de kleenex. Y al sacar el móvil, Marta se estremeció. Porque sólo entonces se dio cuenta de que el móvil que llevaba,exactamente igual que el suyo, era el de su marido.
viernes, 23 de mayo de 2008
Estrellas
Y para finalizar, aquí tenéis una ventana para las estrellas musicales:"Window in the sky" por U2. A ver a cuantas reconocéis!
lunes, 19 de mayo de 2008
París
Carolina de Bendern |
De hecho, aquel referente de un París en barricada, significó mucho a nivel personal para algunos y algunas que crecimos -primero a escondidas y luego a tumba abierta- con consignas revolucionarias que nos unían firmemente a la esperanza y a la ilusión.
"Prohibido prohibir"
"No le pongas parches, la estructura está podrida"
"La imaginación al poder!"
Hace poco estuve en París y bajo sus adoquines no vi la playa, pero tengo que agradecerle a la ciudad de la luz que a veces, y siguiendo una de sus consignas sesenteras, me olvido de todo lo que me han enseñado y comienzo a soñar.
jueves, 15 de mayo de 2008
Oda a mi peluquera
Se decidió mi peluquera por dos lunares-piercings muy estratégicos y por una pequeña dilatación nada escalofriante en la oreja izquierda.
Lleva el yin y el yan en su torneado brazo derecho y un cierto ribete de vello moreno en los dos.
Mi peluquera me estudia el pelo y la raíz con una aplicación inmensa y se recluye en su pequeño laboratorio hasta que consigue para mí el castaño cobrizo 4.45 justo en el punto que no pica.
Mi estimada peluquera me libera sonriendo del exceso de agobios que rezumo por el pelo, y que ella dulcemente llama un poco de encrespamiento. Y me tiñe, me lava, me corta, me seca, me peina, me mira, me cuida, y me alarga el HOLA como si me diera la mismísima llave de la sabiduría.
Mi peluquera me salva del psicoanalista con unos masajes generosos que folículo a folículo me asean y sanean el cerebro.
jueves, 8 de mayo de 2008
Festes de Badalona ... y aguas mil
Hay gigantes, cercavilas, correfocs, dimonis i bèsties echando fuego, trabucaires, sardinadas en la playa... y la tradicional y estupenda cena en casa de Sonia y Luis en la que este año nos pondrán falta, porque nos vamos a l'Ametlla. Suplid amigos y amigas nuestra ausencia y dad buena cuenta de todo ese cava que tenéis guardado para la ocasión.
BONES FESTES!!!!!!
11 de mayo
Queridos y queridas, he decidido alargar este post en lugar de estrenar otro.
Y allá en L'Ametlla, creo que hemos estado en pleno epicentro de dicho diluvio, porque las rachas de viento, el aguacero y el temporal fueron espectaculares.
Sin embargo, las inclemencias meteorológicas no fueron impedimento para salir a cenar. (Esa esperada cena post-patagónica en la que nos faltó un montón de tiempo para contarnos tantas cosas ¿verdad? ) Gracias, Manu, por las fotos.
El único momento que salió el sol, lo aproveché para fotografiar a este trío de chavales tan guapetones. Y otra cosita: ya decidida a alargar este post, no descarto completarlo mañana con alguna foto de la cremada del dimoni 2008. (Si las aguas mil lo permiten, claro!)