martes, 22 de marzo de 2011

Naranjos y oro (Sevilla 2)

Si Sevilla tiene un color especial, debe ser el naranja de los frutos que decoran ricamente sus calles, plazas y jardines. Me encanta la relación sevillana con el naranjo, la verdad, y por eso os la cuento.Se dice que hay más de 30.000 naranjos amargos adornando la ciudad todo el año,  y  perfumándola además en primavera. Es un árbol muy querido por la gente sevillana hasta el punto de considerarlo un emblema de la ciudad.

No sólo se implantó como ornamentación por sus bonitas características visibles, sino también por la creencia que le acompañó desde China de que aseguraba la felicidad a sus dueños. Así pues, de localizarse esa felicidad en los patios y jardines de los más pudientes, se universalizó y pasó a la vía pública para hacernos felices a todas las personas que los disfrutamos.
¿Y qué se hace con las naranjas? Pues el Ayuntamiento procede a la enajenación de los frutos.  Los comerciantes interesados realizan una puja en la que se adjudica la cosecha con la obligación de retirar todo el fruto de las calles.

Esas naranjas se utilizan para hacer mermeladas que se comercializan muy bien en el Reino Unido (!), y también para hacer vino de naranja, agua de azahar, esencias...
...Y cuando las naranjas han desaparecido, al poco tiempo salen las aromáticas flores de azahar que anuncian la primavera, la feria de abril...En fin, siempre adornada, Sevilla! Bonito, no?


La Torre del Oro... bien dorada
Y para seguir en esa gama cromática, vamos ahora con la Torre del Oro, otro emblema sevillano, que se alza al lado del Puente de San Telmo y ve el discurrir del Guadalquivir mirando a Triana.
El Guadalquivir desde el Puente de San Telmo
Triana desde la Torre del Oro
 Del origen del nombre que recibe, hay varias teorías: una, referente al color que tomaban sus azulejos cuando les tocaba el sol;  otra, a la cantidad de oro que allí se guardaba procedente de las Indias; y otra más novelesca que hace mención al color de los cabellos de la bellísima dama (casada con un caballero que combatía) de la que se enamoró el rey Pedro I el Cruel -casado a su vez con María de Padilla-.  Dicha dama  fue encerrada en la Torre y acosada por el monarca hasta que sacrificó su belleza echándose aceite hirviendo para afearse y que el rey la dejase en paz.
Ahora en lugar de tan rubias damas y tan dorado metal, guarda cartas de navegación y documentos históricos en su Museo Naval y luce su figura dodecadenal para orgullo de los sevillanos, que por varias veces la han salvado de ser derruída.

8 comentarios:

Anna dijo...

Molt interessant, mira que he estat a Sevilla i he vist el tarongers, doncs no m'he preguntat mai què feien amb les taronges,allà estaven per fer bonic i prou, jeje. Què fort!

Carmen Cortés dijo...

jajajaja, és que tu estàs interessada en coses més etèrees, Anna.

Montse dijo...

Molt bé, guapa, et segueixo en aquest passeig per Hispalis!

Carmen Cortés dijo...

Doncs vinga Montse, que queda alguna entrada més!

XON dijo...

Y eso porqué no me lo explicabas allí? Que solo me decias.....anda a ver si encuentras un bar pa tomar algo y de paso encarga en algún sitio pa comer.
Aaaaaa....... ya se......!!!!
Tu lo que querias era echar fotos sin que nadie te molestara

Carmen Cortés dijo...

jajaja... Anda que te hace a ti mucha falta que yo te diga que vayas a ver si encuentras un bar!!

Josep Maria dijo...

Volem un bloc d'en Xon amb documentació i guia de bars dels seus viatges. Caldrà crear un grup de facebook?

Carmen Cortés dijo...

Semblaria la guia telefònica, Josep Maria, jejejeje