ImpresioNápoles (1)

El dios Nilo

Como en una declaración de principios, Nápoles nos recibió con una pasta exquisita y una granizada de impresión. No cabía duda: estábamos en la capital de la Campania. Todo exagerado y llevado al límite. Una de cal y otra de arena.  Nápoles: no hay lugar para la indiferencia.

Scaturchio, buena comida y buen café

Lo que cae!!

Una ciudad con tan rico y tan increíble patrimonio, que si estuviera al norte desbancaría -por supuesto-, a la mismísima Milán, tan chic ella.
Una ciudad con un pasado y una herencia espectaculares.  Una ciudad con una preciosa bahía y un volcán cercano.  Con una ciudad subterránea que impresiona. Con una costa amalfitana que quita la respiración. Con una llanura fértil que la provee de una despensa extraordinaria. La tercera ciudad de Italia.

 

Piazza Domenico Maggiore

Y sin embargo, en general los circuitos la olvidan. Sólo está a 200  Km de Roma,  los autobuses depositan cada día miles de turistas en la cercana Pompeya...  pero Nápoles se queda al margen, -o en el mejor de los casos una visita de medio día-, como si allí no hubiera nada. ¿Qué pasa con Nápoles?

Gallerias Umberto

Un ejemplo gráfico:  Todo el mundo conoce las Galerías Vittorio Emanuele de Milán, con todas sus tiendas de superlujo.   De las Gallerías Umberto de Nápoles, tan preciosamente acristaladas y distribuídas como las milanesas, nadie ha oído hablar. ¿Qué pasa con Nápoles?

Piazza de Gesu Nouvo

No sé qué pasa con Nápoles. En muchos foros de viajes la califican de gris y peligrosa. Yo creo que es una ciudad formidable a la que nadie presta demasiado tiempo ni atención.  Quizá es diferente a las fotogénicas ciudades italianas del Norte. Quizá sus contrastes se atraganten. Quizá está descuidada. Todo ello es cierto. Pero también es cierto que guarda una enorme cantidad de tesoros. A mí me ha sorprendido y me ha gustado. Me he quedado con la boca abierta con todos sus palazzos, capellas, claustros, iglesias, piazzas y museos que recuerdan continuamente la grandeza de su pasado.  Y me ha encantado la cordialidad, el ajetreo, el "todo en la calle" que constata la vitalidad de su presente.  Nápoles no "va" de nada.  Es así. 

Via Croce

Capillita a Maradona

Piazza dei Martiri

Napoles desde el Lungomare

Nápoles compra belenes en San Gregorio Armeno, inunda de gente la Via Croce en domingo, cena delícias en Via dei Tribunali, recoge las basuras cada tres días, tiende en el Barrio Español, adquiere todo lo imaginable en Via Toledo, se relame con sus pasteles borrachos, merodea por Garibaldi, va a las tiendas chic cerca del Lungomare, mira al mar desde la bahía, se baña en ella aunque los carteles lo prohíban,  grafitea sus paredes, instala capillitas por todas partes, vocea, cocina, come, vende... Vende! Vende lujo y elegancia en Chiaia i Piazza dei Martiri, vende delicados grabados y polichinelas de porcelana, vende preciosas figuritas de pesebre, y también vende pescado en plena calle,  y mortadelas y provolones colosales, y flores de plástico, y pasta gigante, ponchos de lana, gafas de imitación, muñequitos que bailan, guantes de lujo, artilugios fluorescentes... TODO: desde lo más lujoso a lo más kitsch.

El Vesubio al fondo

Me gustaría ver cómo le iría a Nápoles si estuviera localizada en el Norte. Me gustaría comprobar su "cachet" si dispusiera del cuidado, de las soluciones,  y de la atención  del que disfrutan las clásicas ciudades del norte italiano. Entonces, Nápoles, la ciudad que deja en los bares el café sospeso, (en suspenso), es decir toma uno y paga dos con lo que deja uno "en suspenso" gentileza para algún mendigo que lo necesite, entonces esa ciudad quizá sería una de las más aclamadas de Italia.
Aquí dejo unas cuantas fotos más acompañadas de la voz y el ritmo de un famoso napolitano: Renato Carosone.