
Aquellas tardes de Historia Sagrada caían plomizas sobre mis otoños escolares, llenas de narraciones edificantes y aterradoras. En una de ellas, alguien me contó que después de confundirse las lenguas, la humanidad se dispersó y la Torre de Babel fue destruída.
Pero debió equivocarse, porque cada día yendo al trabajo paso por delante de su puerta.
6 comentarios:
¡Qué manía con las puertas cerradas! Un día ábrela y seguro que salen todas las palabras mezcladas y nos dan una lección de transigencia y convivencia.
Besos (¿Un poco filosóficos?...)
Ése es nuestro Talabarte ciudadano del mundo, sí señor!
Pues que me tiene mosqueada la puerta en cuestión, Manu, y que no la he visto nunca abierta...
Y además el cartelito plurilingüe... En fin mosqueante.
Besos políglotas!
(Los besos filosóficos también están muy bien)
Mare meva, sí que veus coses de bon matí, jo que fins ben passades les 9 no sóc persona!
Pues para mi el tiempo no ha pasado desde que me contaban esas historias. Antes mi hermana la mayor las escribía y las ilustraba con dibujos, ahora las cuenta y fotografía las ilustraciones...
Qué razón tiene Anna, otros podemos darnos contra un muro que no vemos ni chufa....
Bonita foto Carmen y no le hagas caso a Manu. No abras la puerta que la imaginación suele ser bastante mejor que la realidad.
Besos.
Je,je, Anna, és de domini públic això teu...
Pues sí,Pepa,entre las historias que te conté a tí y las que le contaba al Xavi hacen un buen montón...Es que soy una cuentista, je,je...
besitooooss
Siempre encuentras imágenes curiosas. A ti la era digital te ha proporcionado una gran diversión, ¿eh, Carmencita?
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