domingo, 19 de abril de 2015

San Francisco y (4): Coche por un día

Al contrario que en Los Ángeles donde los barrios no tienen continuidad y se necesita un coche para acceder a los lugares interesantes, en la ciudad de San Francisco los barrios son adyacentes, se pueden hacer los recorridos a pie, -pensando bien los trayectos, eso sí, porque todo sube y baja-,  y además hay una buena red de transporte que los comunica. De hecho es apodada "la ciudad americana más transitable".
Pero como a nadie le amarga un dulce, alquilamos un coche por un día. Véase aquí al lado con el Golden Gate al fondo, y un avezado piloto al volante.

Así que hoy la sesión peliculera será ...
Una road movie: 

El Gran Castro- Twin-Peaks- Golden Gate- Sausalito- Muir Woods


Actualmente hay 14.000 preciosas casas  victorianas 
y edwardianas en San Francisco, la mayoría en el Gran Castro

La zona de "El gran Castro" está formada por los barrios de Castro, Haight-Ashbury y Mission District. Imprescindible su visita, como casi todo en esta ciudad. 
Son barrios míticos en San Francisco, así que  vamos con el primero de ellos.  
Castro fue poblado inicialmente por inmigrantes escandinavos para convertirse después en un núcleo de trabajadores irlandeses. La Armada envió allí a miles de soldados descartados por su condición sexual, y actualmente se le conoce mundialmente por ser el barrio símbolo de la comunidad gay.  El primer político abiertamente homosexual, Harvey Milk, (encarnado magníficamente por Sean Penn en la peli del mismo nombre), vivió, revolucionó y lideró desde aquí la lucha por el colectivo homosexual. Es un barrio lleno de colorido y diversidad en el que incluso hacen tours para descubrir  a fondo su historia y secretos.
En el segundo, Haight- Ashbury, se concentraron miles de estudiantes en el verano de 1967 y su florida revolución dejó la cultura, la política, la sexualidad, el arte y la música marcados para siempre.
Aquí  empezó el Amor y Paz y todo se llenó de flores, gafas redondas, ideales, revolución y psicotropos. Ya dije en otro post que ha llovido mucho desde entonces y hippies auténticos quedan pocos no sólo aquí, pero es muy agradable pasear por este barrio de preciosas casas victorianas pintadas, tiendas de discos, ropa y artesanía de estética hippie, bares donde imaginarse a Janis Joplin con su voz desgarradora, o a los Grateful Dead consumiendo marihuana en su comuna.



112 Lyon Street,
la casa de Janis Joplin entre 1967 y 1968
 
Aparcamos delante de las "Painted Ladies"
en Alamo Square.  ¡Vaya Lujazo!
Mirando las fotos veo que me está saliendo un post un poco "Casa y Jardín", pero es que aluciné tanto con la bella arquitectura de San Francisco que me vais a perdonar. En realidad es tan fascinante que en ella se hacen tours arquitectónicos.


Seguimos hacia Mission District, el tercero de los barrios del Gran Castro y probablemente el más antiguo, ya que aquí se fundó en 1776 bajo la dirección de fray Junípero Serra la Misión de San Francisco de Asís o Misión Dolores, que todavía existe, constituyendo la misión original más antigua de California y el edificio más antiguo de San Francisco.
Aquí, el Parque Dolores hace las delicias de sus habitantes que gozan del microclima templado y sin nieblas del barrio.  Una importante comunidad latinoamericana vive en él,  aunque últimamente los precios de los pisos se han disparado por la afluencia de hipsters y  gente alternativa.
Así pues, taquerías, salones de belleza, locales para enviar dinero, y supermercados con variedad de productos sudamericanos, conviven con librerías independientes,tiendas cool, talleres de yoga y tiendas veganas.





Véase aquí un hippie auténtico
aleccionando a las nuevas generaciones 
Un elemento común a los tres barrios son los murales y grafitis que adornan las paredes, muchos de ellos verdaderas obras del street-art.
Los murales, de diferentes temàticas segun el barrio, son un denominador común en el Gran Castro. Aquí dejo unos cuantos.

Fantástico mural que cubre por entero dos fachadas del edificio  Women's Building



Espectacular mural de 16 metros tributo a Carlos Santana,
obra de Mel Waters






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Para finalizar este recorrido mítico, qué mejor que subir unos cuantos peldaños por esta escalera al cielo. 
Esta preciosa escalera de 163 peldaños fue realizada con mosaicos por los artistas Aileen Barr y Colette Crutcher a los que ayudaron los vecinos de la zona, que pusieron mano de obra y recaudaron los fondos necesarios para llevarla a cabo.
En el mosaico se pueden ver peces, pájaros, olas y flores además de los nombres de los vecinos que apoyaron el proyecto.
El lugar queda un poquito a desmano, por eso el coche a veces va la mar de bien.
Por cierto, antes de seguir la road movie de hoy y aprovechando este grafiti de Mission donde se lee a la izquierda Frisco, quiero contaros una curiosidad: Las maneras de llamar a San Francisco son variadas, y Frisco es una de ellas.



Jack Kerouac la llamaba Frisco, y los novayorqueses también, pero todo parece indicar que a los locales no les gusta nada.  Más bien se refieren a ella como "la ciudad" quizá perpetuando el nombre de cuando desde San Francisco a Los Ángeles todo eran tierras de cultivo y rebaños. Los más cool utilizan a veces SanFran, pero quizá es más aceptado SF ("es ef").   En fin a mí el clásico Sen Frensiscou me está de lujo.
Para saber más sobre ello, clicad aquí


Bien, sigamos que aún queda road-movie por delante. 
Subimos hasta Twin Peaks -no confundir con el de Laura Palmer, que estaba en Whashington- las dos colinas de unos 280 metros desde las cuales hay una espectacular vista de la ciudad. En el mirador hay bastante gente que ha tenido la misma idea y se prodigan los selfies y los Could you take me a photo please?
El día está despejadísimo y podemos contemplar las vistas hasta el océano. I como nos han entrado ganas de verlo de cerca, enfilamos con nuestro supercoche hasta Baker Beach, una de las playas de SF desde donde se tiene una inmejorable vista del Golden Gate.



Y ya desde allá, nos encaminamos hacia el Golden Gate Bridge, la estrella de las postales de San Francisco, aunque la verdad sea dicha y visto lo visto hasta ahora, pienso que hay muchas más. Para saber datos del Golden clicad aquí.

¿ Y por qué Golden si no es dorado? Porque su nombre completo es Golden Gate Bridge y viene en realidad de Golden Gate, Puerta de Oro, el nombre del estrecho que da acceso a la bahía de San Francisco y que le puso el capitán del Ejército John C. Fremon porque le recordaba al Cuerno de Oro de Estambul.



La Marina de guerra
defendía esta pintura
por su visibilidad
Este color tan característico se llama Orange Internacional y lo eligió el arquitecto Irwing Morrow, haciendo hincapié en la belleza de la zona y en el color que mejor contrastaba con el cielo, el paisaje verde, la niebla y el mar.  Se eligió porque el contraste con el paisaje era perfecto.  El arriesgado color convenció también a los ciudadanos que le dieron su apoyo, y así se convirtió en el puente más fotografiado del mundo.
Por suerte el ejército no se salió con la suya de pintar el puente amarillo y negro, porque de lo contrario esta icónica estampa roja, símbolo de la ciudad ahora sería como la veis aquí a la derecha.
Al Golden lo están retocando continuamente, trabajo que no deja de ser duro, ya que el 70% del tiempo está cubierto de niebla y el viento suele soplar con fuerza.
A ambos lados del puente hay un mirador donde poderle y poderse hacer las fotos inmortalizando el momento.



Atravesándolo se llega al condado de Marin donde se encuentra nuestra próxima parada: Sausalito, o mejor dicho Sausalirou como dicen por aquí.
Sausalito es un enclave precioso con recuerdos del pueblo de pescadores que fue y de las comunas de hippies que cobijó, aunque ahora sea un sitio bastante exclusivo y el lugar elegido por artistas y gente pudiente para alejarse del bullicio de SF y dicho sea de paso del mal tiempo, porque generalmente aquí hace bueno aunque SF esté sumida en la niebla.



En Sausalito no hay que dejar de ver las Houses-boats. No están al principio del pueblo, por lo que hay que seguir un poco más adelante para poder admirarlas. Estas preciosas casas-barco flotantes que construyeron las comunidades hippies persisten, y posibilitan un paseo entre los muelles que las comunican que es una delicia. Muchas de ellas están habitadas por artistas plàsticos y están llenas de detalles. A cada cual es más bonita y original y el paseo transcurre entre flores, detalles de marquetería, esculturas, sillones para tomar el sol, adornos imaginativos, preciosas veletas...



Se puede pasear entre las  floating-homes o hogares flotantes, que es el nombre que les gusta a sus habitantes. Las verjas de los pantalanes están abiertas y permiten el acceso.  Me gustó muchísimo, un lugar lleno de belleza e imaginación.














 



Si a todo eso se le suma que comimos estupendamente mirando la bahía en el restaurante The Spinakker el día de excursión estaba saliendo formidable!



Restaurante "The Spinakker", recomendación de nuestro sobrino.
Desde nuestra mesa  disfrutamos de una preciosa vista de la bahía
con la ciudad de San Francisco al fondo.


Todavía nos quedaba pasear entre secuoyas gigantes cual hobbits turistas, así que volvimos al coche para acercarnos a Muir Woods.  Este Parque Nacional está a tan sólo 12 km. de San Francisco y vale la pena acercarse para pasear entre sus secuoyas de 800 años, unas jovenzanas todavía considerando que estos fantásticos árboles pueden vivir hasta 4.000 años.

El bosque parecía sacado de Harry Potter.  Era ya tarde con lo que el número de visitantes era escaso y camínábamos prácticamente solos por los senderos.  Casi mágico.






Pero era hora de volver, porque queríamos ver el atardecer en San Francisco.  Por lo que volvimos al coche y a atravesar el  Golden.


Esta vez fuimos al otro lado de Baker Beach.  La zona termina en Fort Point, un pequeño fuerte que ahora es museo.  Por aquí hay gente que pesca, corre... y por supuesto fotografía el atardecer.

Al final a la izquierda, Fort Point,
desde donde se pueden tomar buenas fotos del puente desde abajo.



Va acabando la road-movie, pero aún hay tiempo de experimentar la conducción deportiva por Lombard Street, la calle más sinuosa de EEUU, con 8 curvas espectaculares.  Ya es prácticamente de noche, pero aún se ven las lujosas casas y los macizos de flores y plantas que la bordean.
La tradición es bajarla, así que ¡¡allá vamos!!


Como no pude hacer fotos, aquí dejo un bonito dibujo y la vista de la calle de Google para que os la imaginéis



Cae la noche en SF. Las casitas se van iluminando y los barrios siguen vivos con sus ofertas nocturnas.

Me ha gustado mucho esta ciudad.   La he encontrado diversa, entretenida, paseable y -yo que soy un poco mitómana-, mítica.
Cada vez que vea en la tele una persecución por sus pronunciadas cuestas, la línea quebrada de siete Painted Ladies, o el majestuoso Golden Gate asomar entre la niebla diré: Nosotros estuvimos aquí... y nos lo pasamos muy bien.

Adéu Sen Frensiscou!!
Un placer haberte conocido!

2 comentarios:

Clari dijo...

que lugar mas bello!! sin duda me gustaria ir el año que viene, este ya decidi viajar a Iguazu, pero el proximo eeuu de una!!!

Carmen dijo...

Es muy bello e interesante, Clari! Gracias por tu comentario!