sábado, 25 de marzo de 2017

VIETNAM (2): BAHÍA DE HALONG I DANANG


Cuenta la leyenda que el Emperador vietnamita mantenía una terrible guerra marítima en el golfo de Tonkin contra el invasor chino,  y requirió la ayuda de unos dragones sagrados con los que le unía amistad.
Los dragones arrojaron perlas y jade al mar creando los más de 1900 islotes de la Bahía de Halong, que supusieron una auténtica muralla que dio lugar a la derrota de los barcos de China,  al triunfo del Emperador vietnamita... y  a uno de los paisajes más magníficos de Asia, declarado Patrimonio de la Humanidad como belleza natural.

Un tradicional junco de Halong
Salimos del puerto de Halong City con una lluvia fina  que al poco rato dio paso a una bruma cálida que transmitía a la colección de islotes cársticos una atmósfera misteriosa.  El barco se deslizaba pausadamente sobre las aguas  verdes  y la sensación era realmente fascinante. La calma y el silencio te hacían partícipe de algo extarordinario.  
Durante los días anteriores había estado mirando en internet "el tiempo en Halong" con la esperanza de que pronosticaran sol, algo bastante improbable en esta época.  Pero ahora que estaba viendo flotar entre la bruma los islotes de formas diferentes, no lo echaba de menos, porque aquella neblina le confería un punto mágico, como si la familia de dragones benéficos todavía estuvieran en alerta tras los peñascos protegiendo el país.



Bordeando los islotes abandonamos el barco y nos acercamos con una pequeña embarcación a una de las islas grandes, de frondosa vegetación y una bonita playa de arena blanca. Tras subir unas empinadísimas escaleras que se iniciaban en la playa visitamos una de las muchas cuevas que existen en el interior de los islotes y que sirvieron de escondite a la guerrilla norvietnamita.




Al volver de la isla aún pudimos disfrutar en cubierta del espectáculo de los peñascos mientras caía la tarde y de una  Bia Ha Noi, una de las cervezas del país. 




Dormimos en medio de un silencio majestuoso y por la mañana, después de ver amanecer, gozamos de un precioso paseo en canoa hasta uno de los pueblos flotantes donde familias de pescadores viven y pescan al abrigo de las paredes cársticas y llenas de vegetación.





Las hábiles conductoras de canoas esperan 
en uno de los pequeños puertos dentro de la Bahía





En La Bahía de Halong hay unas cuantas aldeas de pescadores en las que las familias viven normalmente de la pesca, e incluso de pequeños cultivos de perlas.   Habitan sus casas flotantes y hacen su vida cotidiana sobre el mar. Los niños se desplazan en canoa a la escuela se arreglan las redes, y ahora con el turismo también se ofrecen alojamientos.  La tranquilidad que se respira es increíble.  Unos parajes que deberían estar protegidos para que la voracidad del turismo no los devore.

Nuestra preciosa conductora de canoa


Llegando al puerto de Halong City, una ciudad de unos 150.000 habitantes que está dividida en dos zonas: Bai Chay y Hon Gai.  De la primera es de donde salen los barcos para visitar o pernoctar en la Bahía de Halong.
Después de la maravillosa experiencia de Halong volvemos por carretera a Hanoi, desde donde tomaremos un avión hasta Danang, la tercera ciudad en importancia del país, situada ya en las llanuras costeras del centro.
Durante el viaje de una 4 horas vamos pasando por diferentes localidades, y a lo largo del camino se extienden los campos de arroz. 
Vietnam es un  país eminentemente agrícola, aunque también hay industria y minería, y el turismo supone una gran fuente de ingresos.  Desde la apertura, existe una agricultura familiar, por la que el gobierno cede la explotación de las tierras a las familias a cambio de unos impuestos.  

Vietnam es el segundo exportador mundial de arroz.



El camino que recorremos es el mismo que a la ida,  pero hoy parece otro, porque el sol embellece el paisaje y las poblaciones por donde vamos pasando. 






Vietnam ha tenido un gran crecimiento económico en los últimos años gracias al conjunto de reformas que se emprendieron a partir de 1986, la llamada por el gobierno vietnamita "economía de mercado orientada al socialismo" que todo el mundo en Vietnam conoce como "apertura"  Si queréis información al respecto, en este enlace hay datos interesantes






Volvemos al aeropuerto de Hanoi, desde donde sale nuestro vuelo a Danang. 
Llegamos a la ciudad ya de noche, y  comprobamos el gusto de los vietnamitas por los arcos y los lotos luminosos de colores y las rotondas llenas de guirnaldas y figuras  celebrando el Año del Gallo..  El Puente del Dragón luce sus colores cambiantes y se nota la presencia del mar.  Mientras, el conductor nos dice que estaremos muy a gusto en Danang, que es una ciudad con grandes avenidas y una hermosa playa donde relajarse del trajín de Hanoi. 

¡Y RESULTA SER CIERTO!
En Da Nang el sol consigue disipar esa bruma característica que hemos visto en Vietnam hasta ahora y por primera vez vemos un cielo bien azul sobre esta ciudad que se extiende entre el río y la playa.  La playa de Danang es larga, de arena blanca y con chiringuitos y tumbonas.  En esta época no hay demasiados bañistas, y mucho menos vietnamitas, que huyen de los rayos del sol como de la peste. Si alguno se baña, es vestido.  El ideal de belleza en Vietnam, especialmente entre las jóvenes, es tener una piel lo más blanca posible.  De ahí las cremas blanqueadoras que hacen servir, las máscarillas, y los sombreros y gorros con los que se protegen. En otra entrada comentaré esta costumbre que a veces se convierte en obsesión.

Foto de Christian Rodríguez



Gent de Badalona:   Aquí també planten un dimoni!!

En Da Nang ya hace calor. Es la mejor época para visitar no sólo esta ciudad, sino también Hue y Hoi An, porque en el centro del país, de noviembre  a febrero es temporada de lluvias, y nuestro verano es allí tórrido.

Caminamos un rato bajo las palmeras del paseo de la playa y después nos acercamos al centro, que resulta ser un bonito descubrimiento, así como el Museo Cham,que alberga la mejor colección de arte cham  del mundo.
No hay nada como no tener demasiadas expectativas puestas en algo para que te lleves una agradable sorpresa. El paseo al lado del río, el Puente del Dragón, el colorista mercado, resultan ser muy atractivos y dotan de interés a esta ciudad modernamente vietnamita que resulta apacible a pesar de su tamaño.

Da Nang es un centro educativo y comercial muy importante en Vietnam .
Está situada en la desembocadura del Río Han y  a orillas del Mar de China Meridional



El Puente del Dragón de Fuego sobre el Río Han se ilumina cada noche con más de 2500 luces led y en ocasiones especiales arroja fuego por la boca..
Parte de los ciudadanos de Da Nang están encantados con el vistoso puente
y otros son muy críticos con el excesivo coste del mismo.



El mercado Cho Da Nang An que está en el centro de la ciudad y muy cerca de río,  es un mercado colorista, bien abastecido y muy frecuentado  por los habitantes de Da Nang.  

Las mercancías están organizadas por calles y también hay puestos de comida y pequeños restaurantes, habitualmente abarrotados de gente local, como en todos los mercados de Vietnam.








Así como tomar cerveza es tarea fácil y económica,
beber vino en Vietnam es sumamente caro.
 Los vinos que más abundan son los chilenos y australianos.


Se acaba nuestra visita de Da Nang, y no podemos por menos que darle la razón al taxista: ha sido una bonita e inesperada sorpresa.

Próxima entrada: Hoi An, esa maravilla.,,,

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