LA COMBA
¿También llamabais comba a la cuerda de saltar?
Antes no había patio de recreo que se preciara en el que no hubiera una o varias combas de diferentes longitudes y concurrencias poniendo a prueba la pericia saltadora de la chiquillería. La mayoría éramos niñas, pero había algún que otro chaval que dejaba el pelotón y se venía a observar la habilidad de sus compañeras. A veces pringaban y les tocaba "dar" por mirones y/o patosos. A veces demostraban ser entusiastas y diestros saltarines que incluso abandonaban el fútbol y se hacían fijos en el juego... Según.
Lo que sí era obligatorio para entrar en el selecto y bullicioso grupo de saltador@s era saberse las canciones de saltar a cuerda... ¡que no eran pocas!!
"El cocherito leré" y sus insinuaciones nocturnas; "El rey, rey" y sus predicciones de vida; la explotación ganadera del bucólico y pastoril "Tengo, tengo tengo"; "Pluma, tintero y papel" o la pasión literaria por la ausencia del querido Miguel que siempre se largaba en el correo de las tres; la locura frenética del "Pan, vino y tocino, ino, ino, ino" cada vez más deprisa; la elegante destreza de "Soy la reina de los mares" tirando y recogiendo su principesco pañuelito al suelo; El excelente funambulismo del "Tengo unas tijeritas", tocando cielo, tocando tierra, arrodillándose y saliendo fuera...O el insulto con premio de "La una, la otra, la cara de idiota".
El repertorio era abundante y con sugerentes títulos como"Margarita tiene un gato", "En casa del señor cura", o "Pí , píiii, el tren a Madrid". Y era de obligado cumplimiento sabérselos y darle a la comba si fallabas. Y darle bien, no con desgana o de cualquier manera, sino coordinándose con quien daba en el otro extremo, so pena de todo tipo de increpaciones de l@s saltimbanquis.
Ahora la chiquillería ya no canta canciones de gatos y cocheritos, porque prácticamente ya no se juega en los patios a la comba.
A cambio, ahora la usan boxeador@s y skaters.
Cosas de la vida.
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